Inscripciones de los antiguos bimbaches, ermitas, iglesias, recintos de piedra que dan forma a los paisajes culturales ganaderos, faros y asentamientos históricos, todo ello unido a un excepcional patrimonio cultural inmaterial, hacen que la isla sea una de las Reservas de Biosfera donde la dimensión del patrimonio cultural ha sido cuidada con especial esmero, especialmente a partir de su declaración como Reserva de Biosfera. El Hierro mantiene intacta o bien adaptada la huella de generaciones que han terminado por dar forma a la identidad de la isla del Meridiano Cero.
Precisamente, el Meridiano Cero que pasaba por el Faro de Orchilla contituye un recurso y referente patrimonial científico de primer orden. El Hierro estaba considerada como el límite del mundo conocido con el desconocido, a efectos cartográficos fue el meridiano 0 desde 1634, situado por los franceses, hasta 1885, cuando en el congreso de Washington se aprobó el cambio a Greenwich.
El patrimonio arqueológico alberga algunas de las manifestaciones más importantes de Canarias. Sobresale especialmente El Julan, que incluye un valiosísimo complejo prehispánico que reúne diferentes manifestaciones arquitecturales, casas realizadas en piedra seca, cuevas sepulcrales, lugares de culto, tagorores, “taros” o construcciones destinadas al refugio del pastor y concheros. Aparece también una serie de paneles grabados sobre coladas de lava a los que los pastores herreños han dado el nombre de “Los Letreros ” y “Los Números”. A ello se le añaden otras manifestaciones como los grabados rupestres de La Caleta.
El patrimonio etnográfico alberga múltiples y variadas manifestaciones. A lo largo del territorio insular resaltan acontecimientos como:
Cuevas Históricas como Cueva de la Pólvora y Cueva de Las Monjas, a un extremo de Valverde, que algunos autores consideran la primera parroquia de la Isla, consagrada al apóstol Santiago. Con uso habitacional destaca el conjunto de cuevas artificiales de Trinistra (Valverde) o las Cuevas del Caracol y Montaña de las Cuevas en la Dehesa, mientras que con fines ganaderos se encuentran numerosos juaclos repartidos por todo el territorio insular.
Asentamientos históricos que, aunque abandonados, se encuentran en buen estado de conservación y que constituyen magníficos referentes del hábitat tradicional herreño. Se trata de estructuras habitacionales que responden a la tipología tradicional herreña de carácter rural: paredes de piedra seca, techumbre a una o dos aguas en origen cubiertas de colmo y revestimiento interior de bosta o barro. Se corresponden con esta categoría el poblado de La Albarrada, considerado el pueblo más antiguo de la isla, Las Montañetas, Tesabo Viejo, Teguate Viejo y el Poblado de Guinea. Es un núcleo rural tradicional considerado uno de los más antiguos del Valle. Este útimo está declarado Bien de Interés Cultural y actualmente su pervivencia está garantizada gracias al proyecto de rehabilitación y puesta en uso como Parque Cultural.
Arquitectura religiosa donde cabe citar las iglesias de Ntra. Sra. de La Concepción en Valverde y la de Ntra. Sra. de Candelaria, en El Golfo. Pero también abundan las ermitas, caracterizadas por su pequeño tamaño y sencillez constructiva. Sin embargo, los exponentes de la arquitectura religiosa insular no sólo se encuentran en los principales núcleos de población, sino que también se asientan en entornos aislados, destacando la Dehesa, zona tampón, con el ejemplo tan relevante del Santuario de Ntra. Sra. de Los Reyes, o los humilladeros situados en la cabecera de caminos tradicionales de mudada como el de La Peña o el de Jinama.
Elementos del paisaje rural que subsisten por toda la isla, dando en ocasiones personalidad singular al paisaje, tales como góranes, goronas, alares, lagares, eras, hornos, paredes de delimitación de cercados, etc.
Todos y cada uno de estos elementos se encuentran reflejados y protegidos en el Plan Insular de Ordenación de El Hierro. En el mismo se designan figuras tales como Reservas Paleontológicas o Reservas Históricas.
La Cultura del agua, concebida como el “drama” del agua, derivada del conocimiento histórico del medio natural constituye un rasgo cultural diferencial en la RB. Sus manifestaciones tangibles están representadas en los “eres” o laderas arcillosas, con canales para recoger aguas de brumas que humedecían la ladera, recogiéndose posteriormente en aljibes; o en el caso de los “guácimos” o agujeros en los árboles, especialmente en la laurisilva, que recogían el agua condensada en ellos. El cuidado de los guácimos, cuya posesión se trasmitía de padres a hijos, tenía tanta importancia que su descuido, falta de limpieza o maltrato, implicaba la confiscación. Precisamente una de las referencias culturales más importantes de la isla hace referencia al til o tilo (Ocotea foetens), una de las especies más características de sus bosques de laurisilva. Los antiguos pobladores de la isla rendían culto al Garoé o Árbol Santo, que se encontraba cerca de San Andrés. Se conserva incluso el lugar de este culto, aunque el ejemplar actual que lo representa fue plantado en 1957, sustituyendo al original que fue derribado por una tormenta en 1610. Las representaciones del Garoé han constituido una de las ventanas más relevantes al conocimiento de la isla, especialmente a partir de los múltiples grabados que se han difundido en todo el mundo desde mediados del siglo XVI, con la continua referencia al maná de agua que aportaba este árbol, algo que se puede apreciar en los trabajos de Giorlano Benzoni (Venecia 1572), Teodoro de Bry (Lieja, 1597), Allain M: Mallet (Paris, 1691) o J. Hilton (Londres, 1748). Además, esta referencia constituye hoy un elemento destacado del escudo de la isla.
El patrimonio intangible está impregnado de reminiscencias relativas al singular medio ambiente de la isla y sus especies más emblemáticas, baste recordar la manera tradicional de pesca de los antiguos bimbaches que en la noche a la luz de las astillas de tea, narcotizaban a los peces con el látex del cardón o de la tabaiba amarga. Actualmente el hito cultural más relevante de la isla se expresa cada cuatro años en la Bajada de la Virgen de Los Reyes y constituye en cada acto y gesto un reconocimiento del medio agrícola y natural de El Hierro. El camino de la Virgen está trazado sobre primitivas rutas por donde los pastores conducían su ganado hacia las tierras comunales de La Dehesa. Atraviesa la isla desde el suroeste hasta el noroeste discurriendo entre la variabilidad ambiental y cultural del microcosmos insular.
Ubicación de los principales elementos del patrimonio histórico, etnográfico y arqueológico en función de la zonificación de la RB.
Se incluyen la delimitación de las áreas consideradas como reserva histórica en el plan insular y los ámbitos del patrimonio etnográfico.