Las Reservas de Biosfera son zonas que pertenecen a ecosistemas terrestres o costeros, reconocidas por el programa internacional “El Hombre y la Biosfera” (MAB), promovido por la UNESCO para fomentar y mostrar una relación equilibrada entre la humanidad y el medio ambiente. Las Reservas de Biosfera son áreas de ecosistemas terrestres y costeros reconocidas a nivel internacional dentro del marco del programa “Hombre y la Biosfera” (MAB) de la UNESCO. Entre todas ellas constituyen una Red Mundial. Cada Reserva de Biosfera tiene como fin tres funciones básicas que se complementan y se refuerzan entre si. Estas funciones son las siguientes:
Una de las características más significativas de una Reserva de Biosfera es el sistema de ordenación de las funciones del territorio. En cada reserva de biosfera se establecen tres zonas básicas: Zona Núcleo, Zona Tampón y Zona de Transición.
Zona Núcleo: La función primordial de la zona núcleo es la conservación del patrimonio natural y cultural. Deben ser zonas donde existe una garantía jurídica de su protección.
Zona Tampón: En la zona tampón o de amortiguamiento sólo pueden tener lugar actividades de desarrollo que sean compatibles con los objetivos de conservación. Las funciones de conservación y desarrollo sostenible se combinan al máximo en estos espacios.
Zona de Transición: Comprende los espacios más transformados o de menos interés de conservación y en los que desarrolla la mayor parte de la actividad humana. Constituye el entorno donde se concentran la mayoría de las actividades económicas y la práctica totalidad de los asentamientos humanos.