Miradores

Si hay algo que siempre sorprende a quien visita El Hierro, son sus miradores, que muestran grandes pendientes y paisajes que parecen sacados de lugares muy diferentes, y es que la variedad de climas y parajes en un territorio tan pequeño no es habitual. Hay cuatro miradores desde los que divisar el impresionante deslizamiento que se produjo en el Valle de El Golfo, el de Jinama, el de La Peña, el de Bascos y el de La LLanía.

No deben perderse ninguno, ya que todos son diferentes y muestran distintas peculiaridades. En el de Jinama comienza uno de los senderos más famosos de El Hierro, que lleva el mismo nombre del mirador. El de La Peña nos muestra los Roques de Salmor y tiene también el restaurante que lleva su nombre y que fue diseñado por el artista lanzaroteño César Manrique. El de La Llanía es un balcón abierto al valle (a este se llega caminando), y el de Bascos nos ofrece quizás la vista más escarpada, con el pueblo más occidental de Europa (Sabinosa) justo debajo. No hay que dejar de ir tampoco al Mirador de Isora y al de Las Playas, desde este último verán la costa este de la isla, con el Roque de la Bonanza y el Parador Nacional de Turismo. El del Pozo de las Calcosas nos invita a bajar a darnos un baño en las piscinas naturales, a pesar de las escaleras que habremos de bajar para llegar. El de Tanajara nos muestra el pueblo de El Pinar y el de El Julan las vistas a las laderas del mismo nombre, donde también se encuentra una de las zonas arqueológicas más importantes de Canarias. A los lados de diversos barrancos bajan los pinos hacia el mar de Las Calmas, paraíso para los buceadores. Lomo Negro I y II, tienen gran interés geológico, al igual que el de la Hoya de Fireba, desde el que verán la caldera de un volcán. Diseñen su propia ruta en El Hierro, sin prisas, pero no se pierdan ninguno de ellos.