En el diagrama general del sector de la biodiversidad, se han seleccionado
dos especies clave: la hubara canaria y el guirre. La justificación de dicha
propuesta se debe a que por un lado, ambas son subespecies endémicas de Canarias,
en la actualidad únicamente están presentes en las islas orientales (Fuerteventura
y Lanzarote), en peligro de extinción, y además están apoyadas recientemente
por sendos Proyectos LIFE. Este sector tiene 5 variables de nivel (cuadros
verdes), 6 variables de flujo (flechas de doble trazo), tres variables exógenas
(rojo) y más de 70 variables auxiliares y parámetros. El hábitat de la hubara
está condicionado por los cambios de usos y aprovechamiento en el territorio,
derivados del incremento poblacional y de las actividades turísticas. La
población de guirre real está condicionada por las actividades ganaderas,
al ser una especie carroñera, y por la expansión de los tendidos eléctricos,
causantes de gran parte de la mortalidad no natural.
Este sector tiene 27 bucles, de los cuales destacamos los bucles de realimentación
negativos que controlan la población de guirre (figura). La población
de guirre está condicionada por un lado por la incidencia de muertes por electrocución,
cuya probabilidad de ocurrencia aumenta con el aumento de la población de esta
ave y por los tendidos eléctricos, y por otro por el efecto del ganado sobre
la capacidad de carga de Fuerteventura para el guirre, de forma que el aumento
del ganado incrementa dicha capacidad de carga. A su vez, el incremento de la
población de guirre reduce la capacidad de carga remanente, lo que a su vez modera
el ulterior aumento de la población de guirre, cerrando el bucle negativo.
Destacamos en este sector uno de los bucles de realimentación
negativa que
afectan principalmente al natural de alta calidad (figura de la derecha).
Cuanto mayor es la superficie de natural de alta calidad, menor será la presión
específica por efecto del pastoreo, por lo que la degradación de la vegetación
hacia natural de baja calidad también es menor. A su vez, la vegetación natural
de baja calidad existente condiciona la sucesión hacia vegetación natural
de alta calidad, cerrando el bucle de realimentación.