El consumo humano del recurso hídrico es demandado tanto por la población
turística (pte) como la residente, y se abastece de dos fuentes adicionales
a las extracciones de agua, la captación de lluvias horizontales y el uso
de aljibes, prácticas tradicionales de carácter sostenible. Actualmente,
la desalación marina conlleva un determinado gasto energético. El consumo
de agua genera un volumen de aguas residuales que podría ser potencialmente
reutilizada por los regadíos tras la depuración. Esta práctica supondría
un incremento de este recurso, escaso en la isla, al suplir parte de la demanda
de una de las principales actividades que demandan el consumo de agua.