Desde el principio, naturaleza proporciona energía. En las islas del Pacífico - como en el resto del mundo - el uso de la energía de la naturaleza permitió a la gente para sobrevivir y prosperar. Viento de la energía destinada para la navegación en y alrededor de la región. La biomasa se utilizó para cocinar. Los cultivos y los peces se secan bajo el sol. Las lámparas de aceite y los fuegos dieron luz.
Durante los últimos cien años, sin embargo, se introdujeron nuevas fuentes de energía: productos a base de petróleo para alimentar el creciente número de automóviles, camiones y barcos para el transporte, combustibles fósiles para generar electricidad tan necesaria. El aumento del uso de combustibles fósiles ha tenido consecuencias de largo alcance, incluida la contaminación, aumento del nivel del mar y el cambio climático y consecuencias gravosas para los hogares recurrente y los presupuestos nacionales.
El reconocimiento de los efectos negativos de los combustibles fósiles importados llevó a finales de 1970 a una "primera ola" de proyectos en el Pacífico para el aprovechamiento de las fuentes de combustibles renovables de energía, con resultados mixtos. Más recientemente, a principios del siglo 21, hay una nueva oleada de interés y el compromiso, hacia el aumento de la proporción de uso de energías renovables en el suministro total de energía primaria.
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