Historia
Las Islas Canarias siermpre han estado envueltas por una aureola de misterio y leyenda, y ya desde la antigüedad eran conocidas como “Las Afortunadas”. Las descripciones solían ser exageradas y poco precisas e incluso en ocasiones se han relacionado con restos de La Atlántida.
No se sabe a ciencia cierta el origen del nombre de “El Hierro”, pero se cree que puede deberse a una derivación del antiguo lenguaje canario en el que se designaba a la isla con el nombre “Hero” o “Essero”. Lo que sí es seguro, es que el nombre nada tiene que ver con el material, que brilla por su ausencia en nuestra ilsa.
Desde el S. II de nuestra era, Ptolomeo consideró El Hierro como Meridiano Cero, como el fin del Mundo Antiguo Conocido, y fijó este punto en el Faro de Orchilla, por eso la isla es conocida como La Isla del Meridiano. En 1883 este punto se fijó en Greenwich, pero aún hoy puede visitarse el punto exacto por el que pasaba el Meridiano, y donde hay un monumento conmemorativo. También si se visita ese punto puede pasar por la Oficina de Turismo, donde se puede comprar un certificado de haber estado en ese lugar. Desde allí, pueden estar seguros, se ve una de las puestas de sol más impresionantes en un marco incomparable.
La isla estaba habitada por los Bimbapes o Bimbaches, que procedían del cercano continente africano, hasta que a principios del s. XV fue conquistada por Jean de Bethencourt. Los Bimbapes ofrecieron escasa resistencia y la isla pronto fue colonizada con campesinos procedentes de Europa que no tardaron en mezclarse con la población original. Se instaura en ese momento un sistema señorial que prevaleció hasta el s. XIX.
De los Bimbapes se conserva lo que está considerado uno de los yacimientos más extensos y significativos de Canrias: Los Letreros de El Julan, con restos de un “Tagoror” (lugar de reunión), y ejemplos de enterramientos en cuevas, hallándose cadáveres momificados y ofrendas como utensilios domésticos herramientsas primitivas y recipientes con varios alimentos. Pero lo más impresionante es una lengua de lava que corre paralela a un barranco donde pueden observarse grabados de origen lírico-bereber. Esta zona ha sido propuesta por el Gobierno de Canarias para ser Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.